Hay gente que cuenta con el don de la credibilidad aunque la verdad esté bien lejos de sus palabras, ellos son escuchados; otros, no pueden hablar porque cuando miraron la verdad frente a frente vieron en ella un rostro tan inusual, tan lejano de las apariencias que temieron desnudarla ante el público y exponerla ante un posible rechazo. Al fin y al cabo ella vive bien adentro de nosotros, su sustancia pesa y se deja mirar solo en la intimidad y por quien la encuentra hermosa.
Credibilidad: vestir a la verdad con un traje de noche para hacerla parecer más bella de lo uno cree que es, ahí radica su éxito y su fracaso. Se sabe que la moda de la época adora el esperpento ultra maquillado (ética y estéticamente) en detrimento de la verdadera belleza.
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